Tal como ocurre con las evacuaciones intestinales, los gases son una experiencia común para todas las personas. No obstante, las causas detrás de la presencia de gases pueden diferir, y en ciertas ocasiones, sus implicaciones podrían suscitar inquietudes.
El Dr. Mark Corkins, un especialista en gastroenterología pediátrica que lidera la división de Gastroenterología Pediátrica en el Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad de Tennessee, ofrece claridad sobre la pregunta que muchos se hacen: ¿por qué tenemos gases? "Hay dos fuentes de 'gas', y no todo el gas es gas. Parte de lo que expulsamos es aire. Todos tomamos algo de aire, y algunas personas tragan mucho aire. Eso parece que no tiene olor", dice el Dr. Corkins.
Como gastroenterólogo pediátrico, me preguntan sobre esto todo el tiempo", dice el Dr. Mark Corkins, jefe de la división de Gastroenterología Pediátrica del Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad de Tennessee. “Hay dos fuentes de 'gas', y no todo el gas es gas. Parte de lo que expulsamos es aire. Todos tragamos algo de aire, y algunas personas tragan mucho aire. Eso parece que no tiene olor” Dr. Corkins.
El gas "real", explica Corkins, proviene en su mayoría de la fermentación de los alimentos en el colon, una acción mediada por las bacterias que habitan en esta área del intestino. Estas bacterias juegan un papel crucial en la digestión de alimentos no digeridos. A medida que los alimentos avanzan por el colon, liberan gases en el proceso, lo cual es un fenómeno normal y saludable.
La cantidad y frecuencia de la expulsión de gases pueden variar significativamente entre las personas. El Dr. William Chey, un experto en Gastroenterología de la Universidad de Michigan, explica que "expulsar gases entre cinco y 15 veces al día es totalmente normal".
La diversidad en cómo funciona el tracto gastrointestinal, el microbioma intestinal y las elecciones dietéticas individuales son factores clave para determinar la frecuencia y características de los gases.
Si bien los olores asociados con los gases pueden variar en intensidad, los expertos enfatizan que no hay olores que sean necesariamente señales de alerta en términos de salud. La frecuencia y la textura de las deposiciones son indicadores más precisos de la salud intestinal en comparación con los gases.
Factores como la flora intestinal y las elecciones dietéticas juegan un papel en la producción de gases. Los alimentos ricos en FODMAP (oligosacáridos, disacáridos, monosacáridos y polioles fermentables) son conocidos por provocar más gases en algunas personas. Algunos alimentos ricos en FODMAP incluyen verduras, frutas, almidones y productos lácteos como coliflor, ajo, manzanas y trigo.
La Dra. Rena Yadlapati de la Universidad de California en San Diego menciona que la dieta baja en FODMAP puede ser una intervención útil. Chey agrega que reducir la ingesta de alimentos procesados y carbohidratos puede ayudar a mitigar los problemas con la flatulencia.
Muchos de nosotros comemos muchos FODMAP sin saberlo, pero cada persona tiene un patrón diferente en cuanto a su capacidad para absorberlos y metabolizarlos", explicó la Dra. Rena Yadlapati, catedrática de medicina del departamento de Gastroenterología de la Universidad de California en San Diego.
En casos en los que los gases causan molestias o interrupciones en la vida diaria, es aconsejable consultar a un médico. Además, si se experimenta pérdida de peso involuntaria, sangre en las heces, cambios en los hábitos intestinales o síntomas graves como diarrea frecuente, se debe buscar atención médica para descartar posibles causas subyacentes.
Mantener un "diario de gases" y discutir los patrones con un profesional de la salud puede proporcionar información útil para abordar las preocupaciones relacionadas con los gases intestinales.