La risa puede tener muchos beneficios para la salud, pero también ser perjudicial en exceso
¿Es posible morir de risa? La respuesta es sí, según la Facultad de Medicina de la UNAM. La risa provoca espasmos que hacen que el tórax se expanda y contraiga más rápido, ejercitando el corazón y los pulmones. Además, la hormona encargada de combatir el estrés, el cortisol, disminuye al reír, así como la adrenalina, que se segrega en situaciones de peligro.
Sin embargo, la risa también tiene beneficios para la salud. Al reír, el cerebro produce betaendorfinas que relajan el cuerpo, combaten la depresión, disminuyen el dolor y estimulan el sistema inmunológico. De hecho, en personas enfermas, la risoterapia puede reducir el tiempo de recuperación hasta en un 60%.
Aunque se han registrado casos históricos de personas que han muerto de risa, como el filósofo griego Crisipo de Solos tras ver a un burro comer higos, el caso más reciente es el de Alex Mitchell. En 1975, este hombre murió de un paro cardíaco tras veinticinco minutos de risa continua al ver su programa de televisión favorito.
Ante esta posibilidad, es importante tomar medidas para evitar que la risa se convierta en una situación peligrosa. El profesor de psicología de la Universidad de Oxford, Robin Dunbar, explica que es poco probable que la risa nos lleve a la muerte a no ser que haya algún problema subyacente.
Es decir, si tenemos una buena salud cardiovascular y no sufrimos de enfermedades que puedan ser exacerbadas por la risa, entonces no deberíamos preocuparnos. No obstante, si sufrimos de problemas cardíacos, entonces es importante evitar situaciones que puedan provocar risa excesiva.
En resumen, la risa es una actividad que puede traer grandes beneficios a la salud, pero también puede ser peligrosa en casos extremos. Es importante disfrutarla moderadamente y tomar en cuenta nuestra salud antes de excedernos en momentos de alegría.