La universidad de Harvard alerta que esta patología está aumentando su presencia
La prosopagnosia o también conocido como ceguera facial, es una condición que puede engañar a sus afectados haciéndoles creer que reconocen a personas que nunca han conocido o hacer que no reconozcan a quienes ya conocen, sin importar el tiempo de amistad o vínculo.
Aunque no lo parezca, la Universidad de Harvard estima que entre el 2 y 2, 5 por ciento de la población mundial padecen esta extraña patología, porcentaje en el que entra el afamado actor hollywoodense, Brad Pitt. Un nuevo estudio realizado por investigadores de la Escuela de Medicina de Harvard y el Sistema de Atención Médica de Boston sugiere que puede ser más común de lo que se cree actualmente.
Enfermedad en aumento
Según la investigación estadounidense, la cual fue publicada el pasado mes de febrero en Cortex, se estima que el porcentaje está aumentando significativamente al indicar que hasta una de cada 33 personas (3.08 por ciento) puede cumplir con los criterios de esta condición.
Joseph DeGutis, director del estudio y profesor asociado de psiquiatría de Harvard Medical School en VA Boston, indica en el medio responsable de la publicación de los hallazgos que “la prosopagnosia puede ser causada por una lesión cerebral en las regiones occipital o temporal, conocida como prosopagnosia adquirida. La prosopagnosia también puede ser una afección de por vida causada por anomalías genéticas o del desarrollo, denominada prosopagnosia del desarrollo, que afecta a una de cada 33 personas”.
Para determinar las conclusiones, los especialistas les preguntaron a los 3.341 participantes si experimentaban dificultades para reconocer rostros en su vida cotidiana. Luego administraron dos pruebas objetivas para determinar si tenían dificultades para aprender caras nuevas o reconocer caras famosas muy familiares.
Los resultados demostraron que 31 de los pacientes en total tenían una prosopagnosia mayor, mientras que 72 de las 3.341 tenían una forma más leve. Los investigadores también observaron que no había grupos discretos claramente divididos de personas con poca o buena capacidad para reconocer rostros.