El telescopio espacial James Webb, considerado uno de los proyectos más ambiciosos y costosos de la NASA, ha logrado un importante avance al permitir la observación de la atmósfera de un exoplaneta. Se trata de GJ 1214 b, ubicado a 50 años luz de distancia y conocido como "la ballena blanca" por su naturaleza nebulosa y propiedades atmosféricas complicadas.
Durante 15 años, este planeta apodado como un mini-Neptuno había sido un desafío para los astrónomos debido a su atmósfera espesa y capas de hielo, similares a Neptuno. Además, se creía que contenía abundante agua, pero esta se encontraba en forma de vapor debido a su alta temperatura superficial, lo que dificultaba las observaciones.
Sin embargo, gracias al Instrumento de Infrarrojo Medio de Webb (MIRI), los científicos han podido analizar las variaciones de temperatura en todo el planeta, revelando información sobre la composición de la atmósfera y determinando que la temperatura promedio del planeta es de 230 grados centígrados.
La autora principal del estudio, Eliza Kempton de la Universidad de Maryland, explicó que el planeta está completamente cubierto por alguna forma de neblina o capa de nubes, lo que había ocultado su atmósfera hasta ahora. Este descubrimiento, publicado en la revista Nature, ha sido posible gracias a las capacidades únicas del telescopio James Webb.
Los científicos han descrito a GJ 1214 b como una "ballena blanca de caracterización de la atmósfera de exoplanetas", destacando la importancia de estos avances para futuras investigaciones sobre la composición y el clima de planetas distantes. Rob Zellem, investigador de exoplanetas en el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA, señaló que este descubrimiento tiene implicaciones interesantes para comprender mejor la física atmosférica de este planeta.