Explorando la felicidad: Métodos de medición y caminos para alcanzarla

Durante mucho tiempo, el bienestar ha sido relacionado con el Producto Interno Bruto per cápita, pero este concepto no es universal y ha sido objeto de vinculación con el bienestar desde tiempos remotos 

Cada año, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) presenta el Informe Mundial de la Felicidad, el cual evalúa diversos factores para determinar la felicidad en diferentes países. Estos factores incluyen el Producto Interno Bruto (PIB) per cápita, el apoyo social, la esperanza de años de vida saludable, la libertad para tomar decisiones vitales, la generosidad y la percepción de la corrupción. 

El informe de 2023 reveló que los cinco países más felices son Finlandia, Dinamarca, Islandia, Israel y Países Bajos, mientras que México ocupa el puesto número 36.

Investigadores del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, Boris Marañón Pimentel e Hilda Caballero Aguilar, opinan que la felicidad es un concepto no universal y está influenciada por la cultura, la historia, las relaciones sociales y los valores de cada lugar. 

Subrayan que la felicidad no debe centrarse únicamente en aspectos materiales, sino también en factores subjetivos y la forma específica de vivir. Abogan por una visión horizontal que respete la vida humana, la Madre Tierra y la interculturalidad, y enfatizan la importancia de no excluir otras formas de felicidad que existen en el mundo.

El informe destaca la vinculación tradicional de la felicidad con el bienestar, a menudo relacionado con el PIB per cápita. Sin embargo, menciona la iniciativa del Reino de Bután, que desde 1972 mide la felicidad considerando factores como la salud, la educación y las relaciones sociales. 

Los expertos coinciden en que la felicidad no puede limitarse únicamente a lo material, sino que debe incluir aspectos afectivos y emocionales, así como la participación en la toma de decisiones para experimentar satisfacción y bienestar.

A partir de sus estudios, los académicos universitarios han concluido que resulta imperativo modificar el enfoque con el que la sociedad organiza su vida. 

Resulta interesante que los países nórdicos ocupen los primeros lugares en el Informe de la Felicidad. Se destaca que Finlandia, Dinamarca e Islandia son sociedades socialdemócratas con una ideología de bienestar, enfocadas en relaciones sociales y ecosistemas más que en acumulación de capital. 

La noción de suficiencia, en la que se prioriza lo necesario en lugar de lo excesivo, prevalece en estas culturas. Aunque también está presente en culturas no occidentales, se considera fundamental cambiar el sentido de la organización social, fomentando la cooperación, la solidaridad y la reciprocidad.

Los investigadores universitarios abogan por un enfoque en los "buenos vivires", que abarcan tanto aspectos objetivos como la salud y la educación, como aspectos subjetivos relacionados con la paz interior, la contemplación y el ocio, que han sido menospreciados en nuestra sociedad. 

Plantean la necesidad de reevaluar el comportamiento y las relaciones humanas con la Madre Tierra y otros seres vivos. Se enfatiza que el bienestar afectivo y la espiritualidad son esenciales para comprender y practicar una forma más amplia y equilibrada de felicidad.

Los investigadores reflexionan sobre cómo el enfoque racional y materialista ha llevado a la acumulación y al individualismo extremo, en contraposición a la cooperación y la solidaridad. Proponen redefinir la felicidad desde una perspectiva más colectiva y afectiva, con igualdad social y respeto hacia la Madre Tierra. 

La búsqueda de una nueva concepción de la felicidad implica cambiar los valores y priorizar el bienestar en su conjunto. El llamado es hacia una vida más enriquecedora y sustentable, basada en el respeto y la armonía con el entorno natural y social.

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