El futuro de los viajes espaciales parece ser protagonizado por robots más que por astronautas. La razón detrás de esta tendencia es principalmente económica y de seguridad, según expertos.
Los humanos corren grandes peligros en el espacio debido a la radiación y otros factores. Por esto, se ha dicho que los robots pueden suplir al astronauta en esta tarea. De hecho, en 2013, Toyota envió a la Estación Espacial Internacional el primer robot, Kirobo, para acompañar al astronauta nipón Koichi Wakata.
Kirobo, cuyo nombre es una mezcla de las palabras "esperanza" y "robot" en japonés, era muy similar al popular cómic Astro Boy. Medía 34 centímetros y pesaba cerca de un kilogramo. Lo más importante es que estaba programado para comunicarse solo con Wakata y solo reconocía el idioma japonés. Durante 18 meses, el robot astronauta recopiló información y compartió experiencias con su compañero humano.
Después de esta misión, Toyota creó una versión reducida del robot llamada Kirobo Mini, que podía memorizar las preferencias del usuario y reconocer gestos y expresiones por medio de una cámara interna. Esta versión se comercializó entre 2017 y 2018, a un precio de aproximadamente 350 euros más una cuota mensual de 2 euros para utilizar la plataforma de servicio. Sin embargo, la aplicación Kirobo Mini se mantuvo activa solamente hasta el 31 de diciembre de 2022.
Recientemente, la empresa japonesa de exploración espacial Ispace intentó llevar otro pequeño robot a la Luna, llamado SORA-Q, creado por la juguetera Takara Tomy. Desafortunadamente, la nave perdió contacto con la Tierra y se perdió todo lo que iba en ella, incluyendo el pequeño robot SORA-Q.
Esta tendencia de enviar robots al espacio para suplir al ser humano parece un camino para el futuro de los viajes espaciales, pero también puede tener aplicaciones en otras áreas, como en la exploración de planetas y asteroides. La tecnología avanza a pasos agigantados y en poco tiempo podríamos ver más robots explorando el espacio en colaboración con los humanos.