El síndrome bipolar puede confundirse con depresión
Ser bipolar no significa ser voluble, ni viceversa, de hecho, nada tienen que ver entre sí, pues la bipolaridad es un trastorno mental considerado como grave y el cual necesita una detección y tratamiento adecuados; mientras que ser voluble hace referencia a un rasgo de la personalidad.
¿Qué es la bipolaridad?
El trastorno bipolar, antes denominado “depresión maníaca”, es una enfermedad mental en la que se presenta una alteración del estado de ánimo que se caracteriza por la presencia de dos polos anímicos: la manía o euforia, y la depresión, señala la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Un paciente con esta enfermedad puede por un lado deprimirse, sentirte triste o desesperanzado y perder el interés o el placer en la mayoría de las actividades, pero cuando el estado de ánimo cambia a manía o hipomanía (un estado menos extremo que la manía), es posible que se sienta eufórico, lleno de energía o inusualmente irritable. Estos cambios en el estado de ánimo pueden afectar el sueño, la energía, el nivel de actividad, el juicio, el comportamiento y la capacidad de pensar con claridad.
A pesar de que el trastorno bipolar es una afección de por vida, es posible controlar los cambios en el estado de ánimo y otros síntomas siguiendo un plan de tratamiento. En la mayoría de los casos, el trastorno bipolar se trata con medicamentos y apoyo psicológico (psicoterapia).
Tipos de bipolaridad
Existen varios tipos de bipolaridad los más aceptados son el trastorno bipolar tipo 1, o bipolaridad clásica, con episodios de manía franca, alternados con episodios depresivos y algunos de estabilidad. Y el trastorno bipolar tipo 2, en el que predominan los episodios depresivos alternados con manía leve, también conocida como hipomanía.
Los periodos de manía duran por lo menos una semana, con síntomas de expansión del estado del ánimo. Cuando la persona se encuentra en esta fase, el juicio se debilita y llega a involucrarse en situaciones con consecuencias indeseadas.
En un periodo de manía, los pacientes pueden tener:
- Irritabilidad
- Aumento en la velocidad del pensamiento
- Verborrea (discurso acelerado y difícil de detener)
- Incremento en la actividad intencionada, en el nivel de energía, en los planes
- Involucramiento de actividades con potencial riesgo como gastos excesivos, manejar un vehículo de manera temeraria o contactos sexuales indiscriminados, algunos de ellos de alto riesgo
Mientras que los episodios depresivos en ambos tipos se caracterizan por:
- Ánimo bajo
- Pérdida del disfrute de las cosas
- Alteraciones del apetito y sueño
- Culpa
- Desesperanza
- Muerte
- Disminución en la energía
Señales de alerta
Uno de los problemas del trastorno bipolar es su detección tardía, pues entre la aparición de los síntomas y un adecuado diagnóstico y tratamiento suelen pasar varios años.
De acuerdo con la Universidad de Utah, en Estados Unidos, algunas señales de alerta son:
- Pensamientos y comportamientos suicidas frecuentes
- Pensamientos relacionados con autolesionarse
- Respuestas irritables
- Expresar el enfado de forma desbordada
- Parecer malhumorado la mayor parte del tiempo
Bipolaridad no es igual a ser voluble
Aunque se cree que una persona puede ser bipolar porque está excesivamente alegre y cambia de forma brusca su carácter, esto no es cierto, sostiene la UNAM.
Y es que, en la bipolaridad los episodios de cambios en el estado de ánimo pueden ocurrir en raras ocasiones o muchas veces por año. Además, aunque la mayoría de las personas presenta síntomas emocionales entre los episodios, es posible que algunas no presenten ninguno.
Sobre esto Ingrid Vargas Huicochea, académica del Departamento de Psiquiatría y Salud Mental de la Facultad de Medicina de la UNAM, explicó que para diagnosticar este trastorno deben presentarse factores como la alternancia de estas fases y la duración.
Tenemos derecho a ponernos eufóricos o tristes por algún acontecimiento, pero esas emociones nunca serán tan intensas o duraderas como para generar un gran sufrimiento, si eso pasa, ya hablamos de un trastorno” Ingrid Vargas Huicochea, académica UNAM.