Mejorando tu cuerpo: Los beneficios del ejercicio aeróbico y anaeróbico
Si eres aficionado al deporte, es probable que tengas conocimientos sobre las distinciones entre el entrenamiento aeróbico y anaeróbico. En resumen, el ejercicio aeróbico se conoce como "cardio" y se enfoca en el acondicionamiento cardiovascular, como correr o andar en bicicleta. Durante tanto, el entrenamiento anaeróbico se centra en la fuerza y la flexibilidad.
Aeróbico frente anaeróbico
Para comprender este tema, es necesario tener claridad acerca de lo que significa un ejercicio aeróbico en contraposición a un ejercicio anaeróbico.
En el caso del primero, se trata de actividades físicas que se realizan y mantienen con intensidad controlada por el oxígeno para la liberación de energía en el cuerpo.
Generalmente, se les conoce como ejercicios de resistencia o cardiovasculares, y suelen involucrar grandes grupos musculares de manera rítmica durante un tiempo prolongado. No obstante, también se pueden obtener efectos similares con ejercicios de fuerza con la metodología adecuada y regulando la intensidad.
En cambio, el ejercicio anaeróbico implica esfuerzos de alta intensidad donde el oxígeno no es suficiente para cubrir la demanda energética, por lo que el cuerpo recurre a otros métodos para obtener la energía necesaria. Un ejemplo de esto es un sprint, que produce una sensación de agotamiento a pesar de seguir respirando.
En cualquier caso, es importante destacar que nunca se utiliza solo un sistema energético, sino que se involucran múltiples, dependiendo del estimulo utilizado.
Estrategias de entrenamiento energético: Explorando los pros y contras para maximizar tus resultados deportivos
- La práctica de ejercicio continuo puede proporcionar beneficios, ya sea de manera directa o indirecta:
Los beneficios de los ejercicios aeróbicos incluyen la oxidación de grasas y el mantenimiento de un peso adecuado, el control de la presión arterial, el aumento de la resistencia y la reducción de la fatiga, la activación y fortalecimiento del sistema inmunológico, el fortalecimiento del corazón, la mejora del estado de ánimo, un envejecimiento saludable, una mejor capacidad pulmonar y la reducción y el control del estrés, y la eliminación de toxinas del cuerpo, entre otros.
- La otra cara de la moneda, a menudo omitida, presenta ciertos riesgos que incluyen sobrecarga muscular:
Tendinitis, aplastamiento vertebral, dolor en rodillas, cadera, tobillo y espalda debido a la mala técnica al correr, presión en el pecho, problemas cardíacos, depresión del sistema inmunológico debido al exceso de entrenamiento, entre otros. Sin embargo, estos riesgos están sujetos a varios factores.
Por otro lado, los ejercicios de predominio anaeróbico ofrecen varios beneficios, como fortalecer la estructura ósea, quemar grasas, aumentar la resistencia y la energía muscular, mejorar el metabolismo, detener/ralentizar el catabolismo muscular, mejorar el sistema cardiorrespiratorio, y más, dependiendo del ejercicio y la metodología.
- En cuanto a los riesgos, hay una serie de posibles efectos negativos que acompañan a la práctica deportiva incluyendo:
Roturas de fibras, distensiones, náuseas, mareos, vómitos, sensaciones incómodas, fatiga extrema, sobrecarga, contracturas, y debilidad inmunológica.
Es importante destacar que tanto los efectos positivos como negativos de la actividad física están directamente relacionados con el nivel y la frecuencia del ejercicio.
Para empezar, es recomendable centrarse en ejercicios aeróbicos suaves, como caminar y trotar, así como entrenamiento de fuerza dos o tres veces por semana. A medida que la resistencia y la fuerza aumentan, se pueden añadir ejercicios anaeróbicos, como el entrenamiento de alta intensidad, etc. Es importante asegurarse de que no se sobrepasa el límite y de equilibrar la combinación y la distribución del trabajo. En resumen, debemos recordar que "más no es mejor".