Lo ideal es encontrar canciones con ritmos adecuados con la intensidad del ejercicio, con un ‘beat’ más elevado en el punto más complejo de la rutina.
Seguramente has ido a caminar o al gimnasio con tus audífonos para escuchar tus canciones favoritas de fondo mientras te ejercitas, sintiendo una motivación extra con las letras y melodías del momento.
Bajo dicho contexto, especialistas han confirmado que la música estimula la corteza cerebral motora, es decir, activación del cuerpo para estar enérgicos y sincronizarse con los entrenamientos en turno.
Aunado a ello, lo ideal es encontrar canciones con ritmos adecuados con la intensidad del ejercicio, con un ‘beat’ más elevado en el punto más complejo de la rutina y viceversa en las partes más relax.
Beneficios
De acuerdo con estudios, la música puede aumentar en un 15% el rendimiento del entrenamiento. Además, escuchar estas canciones puede aportar distracción y permitir aguantar más las rutinas.
Combinar el ejercicio con la música es un aliado para el estado de ánimo, pues pueden llenar el cerebro de serotonina, hormona asociada con la felicidad, siendo una buena combinación.
De manera automática, la música provoca movimientos, por lo que es un gran estímulo. Por ejemplo, al escuchar alguna canción, lo normal es comenzar a bailar, que también es un tipo de actividad física.
Por ello, en Internet pueden apreciarse una gran cantidad de entrenadores profesionales haciendo sus rutinas basadas en ciertas canciones, confirmando su utilidad a la hora de planear tus ejercicios semanales.
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