Tu cuerpo nota los cambios y abandonar el onanismo tiene sus consecuencias.
Los efectos físicos son diferentes en hombres que en mujeres, pero los psicológicos pueden ser similares.
La masturbación tiene muchos beneficios. Nos ayuda a liberar tensiones, nos permite conocer nuestro cuerpo y experimentar en primera persona nuestros gustos, puntos de placer o formas de estimulación.
Está demostrado que las probabilidades de disfrutar de una vida sexual satisfactoria en pareja aumentan cuando tu experiencia con la masturbación también es completa. Ayuda mucho a saber cuáles son tus preferencias y que es lo que no te gusta a la hora de estimularte, evitando frustraciones.
Pero, ¿sabes qué le ocurre a tu cuerpo cuando dejas de masturbarte?
Dejando a un lado los absurdos mitos de que la masturbación provoca acné, te sale pelo en las manos, irás al infierno o terminarás ciego/a, hay muchas razones por las que una persona puede tomar esta drástica decisión: dejar de masturbarse.
Puede que la motivación sea ponerse a prueba, tal vez hayas decidido unirte a alguna orden secular en la que no esté permitido y apueste por la castidad absoluta, o directamente formes parte de una comunidad de gente que no se masturba como NoFap (sí, esto existe).
La cuestión es que son muchas las razones que pueden llevarte a tomar esta decisión, que puede ir desde dejar los tocamientos durante unos días hasta a abandonar directamente el arte del onanismo para siempre. Pero, sobre todo, el objetivo no suele ser dejar de practicar sexo.
Según datos recogidos en numerosas encuestas, más del 50% de las mujeres y del 70% de los hombres se masturban regularmente, al menos una vez al mes. Pero, ¿qué beneficios puede tener dejar de masturbarse? Si es que hay alguno…
Pues todo depende de a quién le preguntemos, porque este asunto, como casi todo lo que rodea al sexo de alguna forma u otra, está lleno de mitos, así que vamos a empezar por desmontar algunos y después ya pasaremos a las posibles consecuencias que puede tener la falta de masturbación en hombres y en mujeres.
Los defensores de abandonar la autoexploración sexual presumen de que, según un estudio chino de 2003, se demostró que los niveles de testosterona suben más de un 40% después de la primera semana, pero otro estudio demostró que a os pocos días, aunque continúes sin tocarte, esta sustancia vuelve a sus niveles normales, así que si lo vas a hacer por esto, mejor ni te lo plantees porque es un fail en toda regla. Las variaciones en la testosterona suelen estar más relacionados con la comida que ingerimos y el deporte que practicamos.
Otros dicen que cuando los hombres dejan de masturbarse durante un tiempo son más pasionales en la cama y su esperma es de mayor calidad, pero esto no está comprobado. De hecho, cuando se eyacula con menos frecuencia es más probable que surjan sueños húmedos, que funcionan como un mecanismo del sistema reproductor para deshacerse de los espermatozoides viejos.
Lo que sí que es cierto, y tiene una explicación científica, es que el sexo en pareja (o grupo) tiene beneficios psicológicos, mientras que la masturbación compulsiva puede tener alguna consecuencia negativa. Te explicamos el porqué.
Cuando te masturbas, con el orgasmo, tu cerebro libera dopamina, que es una sustancia encargada de producir una sensación de deseo y placer como recompensa, y también serotonina, que produce tranquilidad y se encarga de mantener el equilibrio mental. Si lo haces de manera compulsiva puedes liberar dosis anormales de estas sustancias y, con el tiempo, producir insensibilidad ante estos estímulos. Pasa a ser como una droga, de la que cada vez necesitas más cantidad y frecuencia para conseguir un nivel normal de felicidad y satisfacción.
Sin embargo, practicando sexo en pareja (o grupo) se libera un 400% más de oxitocina que con el onanismo. Esta sustancia, conocida como ‘hormona del amor’, se incrementa gracias a los abrazos, el contacto físico y las sensaciones por el componente social, compensando la dopamina y las reacciones de placer como recompensa, siendo mucho más beneficioso.
La clave no está en dejar de masturbarse, si no en hacerlo de una forma moderada y más consciente para poder disfrutarlo y que no se convierta en una obsesión, para no desconectar con tus emociones.
Si es cierto que muchos testimonios de gente que ha abandonado el placer por auto-satisfacción aseguran que se han convertido en personas más concentradas, con pensamientos más claros y que aprovechan más el tiempo para realizar tareas productivas al no estar pensando en el sexo constantemente. Sienten que tienen más energía, su batería más cargada
Por su parte, las mujeres que dejan de masturbarse encuentran en esta experiencia más inconvenientes que beneficios. Por ejemplo, el orgasmo femenino segrega una serie de sustancias que producen una sensación de saciedad y bienestar, ayudando a dormir mejor, por lo que prescindir de esto puede aumentar los sistemas de estrés, afectando al sueño reparador.
Cuando una mujer se masturba, la estimulación ayuda a que se abra el cuello del útero, liberando fluidos en los que residen las bacterias, y disminuyendo las posibilidades de sufrir infecciones de orina. También es beneficiosa para aliviar los dolores menstruales, ya que se liberan sustancias que actúan como analgésico, desinflamando y calmando la zona.
No masturbarse puede producir problemas para llegar al orgasmo, ya que aprender a excitarnos nos sirve para conocer mejor nuestro cuerpo y alcanzar clímax de calidad.
Por lo que, la conclusión que podemos sacar es que la masturbación es beneficiosa en su justa medida, y tiene muchos pros que pueden ayudarnos a disfrutar más del sexo, a saber lo que nos gusta y a sentirnos mejor. Pero la decisión está en la mano de cada uno, literalmente.