Tener una visión sana de la alimentación es esencial para gozar de buena salud durante toda la vida y para evitar enfermedades como las cardiopatías, el cáncer y la diabetes.
Desde temprana edad, priorizar una buena nutrición para los niños y niñas es importante, pues tiene beneficios a largo plazo mientras crecen y pasan por todas las etapas de la vida.
Inculcarles la importancia de una alimentación saludable desde una edad temprana les ayudará a establecer una relación positiva con la comida cuando sean adultos, señala el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).
Esto no tiene que ser una tarea aburrida u obligada, pues enseñar a los hijos buenos hábitos no solo es divertido, sino que también es saludable para toda la familia, con beneficios para todo el hogar.
Consejos de alimentación para hijos
Fomentar los buenos hábitos
Los niños pequeños observan todos tus movimientos, incluso a la hora de comer, por ello, les puedes dar un buen ejemplo, favoreciendo alimentos, bebidas y aperitivos saludables, y practicando una actividad física divertida.
Sirve alimentos saludables e integrales para que los más pequeños se acostumbre a comerlos. Intenta llevar a tu hijo de compras y pídele que te ayude a preparar las comidas. Disfrutará cocinando contigo comidas sanas y sabrosas para toda la familia.
Además, aprovecha la hora de la comida para enseñar a tu hijo los diferentes grupos de alimentos y los nutrientes y vitaminas que necesita nuestro cuerpo.
Mantener una relación sana con la comida
Tener una visión sana de la alimentación es esencial para gozar de buena salud durante toda la vida y para evitar enfermedades como las cardiopatías, el cáncer y la diabetes.
Evita utilizar la comida como premio o castigo, ya que esto puede hacer que los niños desarrollen una relación poco sana con la comida. No prohíbas ciertos alimentos, como los dulces, pues esto puede tener el efecto contrario al deseado: puede llevar a que tu hijo tenga más ganas de comerlos.
En lugar de rechazar cualquier alimento o bebida poco saludable, limita el tamaño de las porciones y acostúmbrale a la idea de que debe consumirlos con poca frecuencia.
Dar prioridad al tamaño de las porciones
Comer en exceso puede provocar un aumento de peso. Por lo tanto, es importante enseñar a tu hijo el tamaño correcto de las porciones para su edad. La forma más fácil de hacerlo es utilizar señales visuales.
Por ejemplo, un puño cerrado es el tamaño de la ración recomendada de pasta, arroz o cereales, mientras que el tamaño de la ración de carne es el de la palma de la mano. La cantidad de grasa, como la mantequilla, no debe superar el tamaño de la punta del pulgar.
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Comienza el día con un desayuno saludable
Muchas familias tienen prisa por la mañana, pero es importante empezar el día con una comida equilibrada que proporcione a tu hijo los nutrientes esenciales para su crecimiento y desarrollo, como el calcio y la fibra.
Procura que el desayuno sea lo más nutritivo posible, poniendo en la mesa yogur natural y fruta fresca en lugar de una taza de cereales azucarados o productos de repostería que tienen muchas calorías y pocos nutrientes.
"Diviértete" haciendo ejercicio
Los niños deben realizar al menos 60 minutos de actividad física al día. ¿Por qué no aprovecharlo para pasar un buen rato con la familia, saliendo a pasear después de cenar o yendo a la piscina? Por ejemplo, pónganse a bailar todos juntos su canción favorita cuando suena en la radio.
También es importante animar a tu hijo a limitar el tiempo de actividad frente a una pantalla y favorecer los juegos que les obliguen a moverse.
Asegúrate de que los alimentos saludables y las actividades lúdicas, que favorecen el desarrollo y la salud de tu hijo, formen parte de su rutina diaria: esto permitirá a tu hijo tomar decisiones saludables y positivas a lo largo de su vida.